En 1997, un equipo de TV3 compuesto por Carles Porta y dos periodistas más, recibe el encargo de elaborar un reportaje de 30 minutos sobre la montaña y el pequeño pueblo de Tor, en la frontera con el Principado de Andorra. El objetivo del reportaje: conseguir que los espectadores comprendan cómo es posible que se concentre tanta hostilidad en un entorno aparentemente idílico, un pueblo de trece casas que en 1995 sumó el último de tres asesinatos.
Si alguien ha tenido ocasión de disfrutar de la calidad del programa Crims, esta novela de no ficción resultará grata y disfrutable. Carles Porta, en su característico estilo entrañable de cuentacuentos de lo tenebroso, se sienta con nosotros y nos confía las mil y una peripecias y riesgos que vivió junto a sus compañeros para poder rodar el reportaje sobre Tor, emitido posteriormente con el título de La muntanya maleïda (La montaña maldita).
A través de su testimonio, Carles Porta aclara la compleja relación entre los diferentes protagonistas del caso Tor, y nos esboza retratos de personajes que van de lo pintoresco a lo bizarro, pasando por lo emotivo en algunos casos. Y lo hace con elegancia pero también con un humor ácido que logra quitarle hierro al drama de la situación.
Por supuesto, no quisiera acabar esta reseña sin compartir lo mucho que me ha gustado el tratamiento del lenguaje en los diálogos, vivo con sus coloquialismos, sus imperfectos saltos del català al castellano, sus marcas dialectales de la zona, sus protestas malsonantes. Su realismo sin complejos, rompiendo el molde del lenguaje escrito estandarizado.
Podéis encontrar este magnífico trabajo en català en La campana editorial y su versión española en Anagrama editor. En serio, haceos con él: lo devoraréis en un abrir y cerrar de ojos.