Me encuentro en un período muy ajetreado en mi vida, y lo digo desde un punto de vista positivo, pues estoy inmersa en una serie de proyectos que estimulan mi creatividad, uno de los bienes no materiales más preciados que una persona puede tener y que, para que goce de buena salud, es imperativo encontrar el modo de ejercitarla. El más importante de ellos es mi cuarta novela. El borrador está listo, pero necesita unas cuantas revisiones para que satisfaga las expectativas que puse cuando comencé a trabajar en él.
Poco puedo desvelar todavía sobre la historia que tengo entre manos. Solo puedo compartir un dato relevante sin estropear la magia del efecto sorpresa: es una novela distópica en un mundo que aparentemente no lo es. Por supuesto, como en mis trabajos anteriores, la voz cantante la lleva una adolescente. En este caso, una joven de 16 años.
Toda esta información previa es, en realidad, una vuelta enorme para decir que la vida en sí misma es una caja de sorpresas. En el momento menos pensado, alguien en otra parte del mundo lleva una existencia parecida a la tuya, con inquietudes similares, con una novela distópica a punto de amanecer, con una consideración especial hacia el colectivo más complejo -y a menudo menos valorado- de cualquier sociedad: los adolescentes. En el momento menos pensado descubres detalles de alguien lejano que te resultan sorprendentemente cercanos,
Cintia Bonabello es una de esas personas. Nacida en la ciudad de Tigre (Argentina) en 1982, y actualmente con residencia en Francia, esta profesora de literatura descubrió su amor por los libros a una edad muy temprana, eṕoca en la que afirma ser una visitante asidua de las tiendas de libros de segunda mano en búsqueda de pequeños tesoros.

Se inicia en la producción literaria a través de relatos, pero es en 2010 cuando decide dar su paso más ambicioso hasta el momento: la creación de una novela. Fascinada por las historias expuestas en el Apocalipsis de la Biblia, Cintia comienza a redactar un borrador inspirado en las trágicas anécdotas de este pasaje religioso. Es así como la novela adquirió, de forma automática, una personalidad distópica y anticipatoria.
Cualquier proyecto de envergadura nunca está exento de obstáculos, y este, para Cintia, no fue una excepción. El famoso bloqueo de la página en blanco. La inseguridad acerca de si el trabajo estaba yendo o no a buen puerto. El manuscrito entra en una fase de hibernación cuando se encuentra a las puertas de sus cinco capítulos finales, y no despierta del letargo hasta 2019. Sin embargo, cabe resaltar que ya en 2017 recibe una subvención de Tigre, su ciudad natal, para financiar la publicación de este trabajo.
El proyecto «Salvada», título que encabeza su novela, finaliza en 2020. Entre sus páginas, la escritora argentina intenta estrechar el vacío generacional entre lo ancestral -historias basadas en el Apocalipsis- y el aquí y ahora de los adolescentes de la década vigente. El resultado es una historia de ciencia ficción que, sin pretenderlo, anticipa situaciones de nuestra era, como si la mente creativa de Cintia fuera capaz de establecer causas y efectos tan lógicos que acaban, en cierto modo, aconteciendo en la vida real.
La escritora ya ofrece pistas de su método de escritura intuitivo y sensible en sus declaraciones: «lo cierto es que no me encasillo en ningún género en particular: yo empiezo a escribir, y es la propia historia quién me marca el rumbo». Preguntándole acerca de su próximo trabajo, comenta que aún se encuentra muy «en pañales». Será interesante ver hacia dónde la llevará su impulso, su olfato rastreador de escritora instintiva.
Por el momento, los lectores podrán disfrutar del trabajo de orfebrería de Cintia a partir de la semana del 14 de marzo, cuando «Salvada» aparezca publicada en Amazon. Se cerrará un círculo amplio. Será el fin de un reto y el empuje para asumir nuevos desafíos literarios aún más intimidantes, si cabe. Es lo que tiene cuando una persona va acumulando tiempo en las alforjas de la experiencia.